Conmemorando el día mundial de la Docencia, queremos reflexionar sobre el papel del maestro y el profesor, como dinamizadores de los procesos socioculturales de una región o de un país; papel que se debe asumir con la condición de ser guías y promotores del aprendizaje, gestores de la producción y divulgación de conocimiento, producto de procesos de investigación, de extensión y de proyección social.
Iniciemos diciendo que maestro viene del vocablo latín “magister”, de la raíz “mag”, que significa magno o superior, lo que designa una dignidad que se relaciona con la labor de guiar o conducir a otro. Mientras tanto, profesor viene del vocablo latino “profesor”, del origen de “profiteri”, con una connotación de confesar, declarar o decir algo públicamente, que se relaciona con la labor de reproducir el conocimiento, ser maestro significa entonces ser ejemplo de vida, mientras el profesor presenta una actividad o dedicación a una labor en relación con la docencia.
De esta manera, la labor docente se fundamenta y define desde los propósitos que deben desarrollar en el ejercicio docente; así, desde el siglo II y III relacionamos al profesor con la intención de declarar, decir pública y libremente su conocimiento. De esta forma, el concepto de la palabra profesor, lo vinculamos con quien expone un tema a sus estudiantes, explica o hace comprender, es decir con el funcionamiento de una actividad, mientras que la labor del maestro conserva una significación más vocacional, de persona y actividad.
Asimismo, recordamos que esta labor se inició en las catedrales, con oradores en ciencias y filosofía, que, invitados por los jóvenes inquietos, compartían su saber y por esto se les denominaba catedráticos. Luego, desde el Siglo XII, con el surgimiento de las primeras universidades, como la de París y la de Bolonia, se da inicio al desarrollo del ejercicio de la docencia como una respuesta social de la época en la cual se necesitaban profesionales jurídicos para solucionar los múltiples conflictos comerciales de la época, como una aproximación a atender las necesidades del contexto.
De otro lado, con la llegada de la imprenta, llega el uso de los libros como un recurso académico, los estudiantes podían acceder a los textos y leerlos por sus propios medios; así, lecciones se fueron transformando en las clases y las clases, no eran solamente orales sino, experimentales y prácticas, con lo cual se da la inclusión de los primeros elementos investigativos al proceso formativo.
Así, lecciones se fueron transformando en las clases y las clases, no eran solamente orales sino, experimentales y prácticas.
Jorge Valencia
Para 1734, con la aparición de la Universidad de Gottinga, en Alemania, los profesores no solo participaban en sus clases, sino que hacían investigaciones y ejercían en la práctica su saber, en todos estos espacios se disponía el aprendizaje a través del seminario, semillero o sembradío, donde los estudiantes indagan el saber por sus propios medios y los discutían con sus profesores, ampliando el concepto de una docencia que se articulaba con la investigación y la extensión.
Entonces, históricamente, el concepto de docencia ha evolucionado desde el enfoque que se ha seguido en la universidad y de acuerdo a los requerimientos sociales, para redefinir el papel del docente de ser un profesor para transmitir conocimientos y de ser maestro que transmite vida y educa con el ejemplo. Esto nos propone un concepto actual de la docencia, donde no solo es instruir y transmitir conocimientos, sino educar para la vida. Así, la misión de la docencia es buscar incansablemente la verdad y hacer de cada estudiante una persona integral y respetuosa de la diferencia y con una educación que produzca impacto en su contexto sociocultural y familiar.